Traducción: Ramiro de Altube
"Su Majestad Imperial, Sr. Presidente, Excelencias,
Es la una de la tarde y mi discurso será breve, me contentaré con exponer en unas pocas palabras, la posición de mi Gobierno y del pueblo argelino. En primer lugar, me gustaría decir cuán simbólica es nuestra reunión en Addis Abeba y que agradezco a Su Majestad Imperial y al Gobierno y al pueblo de Etiopía por habernos permitido la oportunidad de recibir esta cálida bienvenida, que refuerza el sentimiento de que todos pertenecemos a una gran familia, todos enfrentados a los mismos problemas. Considero que es mi deber ahorrarles el largo discurso que había preparado. Simplemente voy a decirles que aquello que nosotros en Argelia pensamos en esencia de estos problemas.
En lo que respecta a la unidad africana, un comité está reunido ahora para esbozar, antes de que nos separemos, las líneas generales de esta unidad y, en particular, para preparar un proyecto de carta.
Subrayo que Argelia suscribe de antemano todas las condiciones, todas las razones, todas las justificaciones que la comisión adoptará. Pero es mi deber decir, en nombre del pueblo argelino y en nombre de un millón quinientos mil mártires caídos en el campo del honor, que esta Carta permanecerá como letra muerta a menos que tomemos decisiones concretas, a menos que prestemos apoyo incondicional a los pueblos de Angola, de Sudáfrica, de Mozambique y otros, apoyo incondicional que estos pueblos aún bajo el yugo colonialista tienen derecho a esperar de nosotros.
Es mi deber decir que si no se toman decisiones concretas en este sentido, la Carta que vamos a adoptar se parecerá a todas las Cartas que todas las asambleas del mundo puedan haber adoptado. Es mi deber decir de nuevo que todos los buenos discursos que hemos escuchado aquí serán el arma más fuerte contra esta unidad.
Se ha hablado de un Banco de desarrollo. ¿Por qué no se ha hablado de establecer un banco de sangre? Un banco de sangre para ayudar a aquellos que están luchando en Angola y en toda África.
Obviamente, surgen problemas antes de que estas decisiones puedan ser puestas en práctica. Nosotros, por nuestra parte, queremos estudiarlas.
También me gustaría manifestar que desde febrero, esto es desde el Día de Angola, diez mil voluntarios argelinos han estado esperando por una oportunidad para ir a asistir a sus hermanos en armas. Sí, existen problemas, particularmente en los países periféricos, donde se encuentran las áreas en crisis. Estos problemas deben ser resueltos, o esta calamidad simbolizada por el fascismo de Salazar puede perpetuarse.
¿Vamos a permitir que diez millones de hombres insulten cada día a trescientos millones de africanos? Esto ya no tenemos derecho de aceptarlo.
Debemos nosotros mismos preguntarnos: ¿qué haremos ahora para prevenir una repetición de estos insultos en Angola, Mozambique, Sudáfrica y en otras partes de África? En estos puntos de crisis, la unidad africana debe tomar la forma de solidaridad efectiva con quienes están todavía luchando por su libertad. Les aseguro que ésto es así, y hablo por experiencia, ya que durante siete años y medio estuvimos luchando en Argelia contra más fuerte y obstinado imperialismo. Hoy, estamos discutiendo los problemas económicos de África. Mucho me temo que todo lo que nos proponemos hacer en este terreno pueda ser reducido a simples acuerdos que nos permitan alimentar mejor a nuestros pueblos. Nosotros no tenemos derecho a pensar en llenar nuestras barrigas cuando nuestros hermanos siguen muriendo en Angola, Mozambique y Sudáfrica.
Aunque existen problemas, en particular con respecto a la seguridad de países como el Congo y Guinea, que lindan con las áreas en crisis, es nuestro deber examinarlos y asegurar que nuestra solidaridad con estos países sea efectiva.
Así, el día en que Portugal intente emprender una nueva acción nociva, como la que se lleva a cabo contra Senegal o el Congo, en Guinea o contra cualquier otro país africano, encontrará a toda África unida oponiéndosele.
Estos países periféricos deben saber que deben un rescate a la unidad africana. Un rescate ha sido pagado por la liberación de Argelia. Es porque hermanos tunecinos murieron en Sakiet-SiDi-Youssef, porque hermanos marroquíes murieron en OUIDA, porque hermanos egipcios murieron en PORT-SAID, y porque hermanos libios y otros perdieron sus vidas para que Argelia sea libre. Debo declarar aquí que fue gracias al apoyo incondicional ofrecido por Egipto que este último cayó víctima de la agresión tripartita.
Es gracias también al apoyo de nuestros hermanos en Guinea, Malí, Nigeria y otros países que Argelia pudo otros países, Argelia fue capaz de liberarse a sí misma. Así, los hermanos africanos aceptaron morir un poco para que Argelia se convirtiera en un Estado independiente.
Así pues, aceptemos todos morir un poco, o incluso completamente, para que los pueblos todavía bajo dominación colonial puedan ser liberados y la unidad africana no sea una palabra vana."
Tomado de: "SPEECHES & STATEMENTS MADE AT THE FIRST ORGANIZATION OF AFRICAN UNITY (O.A.U) SUMMIT", en www.au.int
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