martes, 5 de diciembre de 2023

Introducción al desarrollo del fútbol en el África subsahariana 1880-1980. Por Candela Sol Massa (UNR)

 


Introducción

En este escrito, trataré de explicar cómo los deportes y en este caso específico el fútbol sirvió como herramienta de dominio en los territorios ingleses y franceses del África sahariana. Si bien hay que aclarar que como dice Paul Darny es difícil generalizar sobre la difusión de formas culturales populares en un área tan extensa geográficamente y tan diversa étnicamente como África, sin embargo, es posible identificar una serie de características centrales del desarrollo del juego en todo el territorio. Darny afirma, que el fútbol en África como un legado del colonialismo europeo es innegable, sin embargo, es paradójico que el vehículo que permitió su popularización sea también quien trajo consigo un sistema de explotación económica y empobrecimiento que causó tantos estragos en la sociedad africana.

El fútbol como todo deporte moderno, según Sébastien Darbon, es un fenómeno reciente. Se trata en realidad de un conjunto de prácticas ligadas a nuestra modernidad, que surgieron y empezaron a difundirse en el transcurso del siglo XIX. Y como producto de la modernidad, el deporte está social e históricamente asociado a cuerpos, lugares e identidades específicas y no con otros. Su introducción a las comunidades africanas, provocó cambios en sus concepciones como también cambios en el juego que fue adoptado y transformado por la cosmovisión de las comunidades.

El balompié, no solo debe ser entendido como un deporte codificado y organizado1 sino también como un campo cultural y simbólico, un espacio de representaciones sociales en el sentido de Pierre Bourdieu, un espacio estructurado de posiciones, una red de relaciones objetivas entre agentes o instituciones que se definen por la distribución desigual del capital específico.

Por lo que hay que estudiar al en general deporte y al fútbol en particular como un hecho social total ya que como dice a Monia Lachheb

Constituye una realidad multidimensional que actúa e interactúa con el mundo político, económico y sociocultural. El deporte está ciertamente en la encrucijada de las prácticas físicas y deportivas, las estrategias de gestión adoptadas por los organismos deportivos nacionales e internacionales, los contenidos de formación y aprendizaje, la creación de eventos y la cobertura mediática del espectáculo deportivo. Como tal, el deporte está en el centro de los intereses públicos y, por tanto, ocupa un lugar considerable en las sociedades contemporáneas Se convierte en el reflejo de los valores de la comunidad, la revelación del desarrollo y la expresión de las contradicciones sociales (2010: 1) 2

En este trabajo se analizará el fútbol a través de sus lazos socio culturales y políticos en la áfrica subsahariana entre 1880 a 1980, en especial en los territorios de las colonias inglesas y francesas, y que luego de las independencias los nuevos estados utilizaron como herramienta de unión.

La llegada del fútbol al continente africano y su difusión.

Como afirma Jimoh Shehu:

el juego es tan antiguo como la humanidad, pero el deporte como sistema estandarizado de competición entre atletas es un fenómeno moderno, que se originó en Occidente y se difundió a las culturas no occidentales por diversas vías y procesos, como el colonialismo, el imperialismo cultural, la globalización y la adaptación. [2010:9]3

Por lo que la introducción del deporte moderno en sociedades no occidentales modificó, sus concepciones previas, obligando a estas sociedades a adaptarse a las nuevas concepciones para poder ser considerados “civilizados” y competir con los mismos términos. Como explican los historiadores Wiiliam Baker y Tony Mangan:

A lo largo del África precolonial (…) las danzas y los juegos se realizaron durante mucho tiempo con una seriedad similar al deporte en las sociedades industriales modernas y para fines no muy diferentes: luchas por el estatus, la afirmación de la identidad, el mantenimiento del poder de una u otra forma y el adoctrinamiento de los jóvenes en la cultura de sus mayores (1987)4

Estos deportes eran la lucha libre, las carreras en canoa, las carreras a pie, el baile competitivo entre otros.

El desarrollo del movimiento deportivo moderno durante principios del siglo XIX fue en paralelo a las políticas coloniales de las grandes potencias del mundo occidental, los europeos conquistaron áfrica con armas y la biblia, pero también con pelotas de fútbol, cricket y rugby. Como argumenta Nuno Domingos, el juego en sí mismo era un instrumento de socialización, inculcador de disciplina, entre súbdito y subordinado.

En esta línea, Chuka Onwumechili y Gerard Akindes exponen que el fútbol fue introducido en los territorios africanos con la intención de europeizar dado que introducía

[...]normas occidentales y erosionando las normas tradicionales africanas. De este modo, el fútbol se hizo accesible, desde el principio, a aquellos que adoptaron las costumbres occidentales y se convirtieron en privilegiados. En cierto sentido, esta clase social era a menudo los primeros conversos y estudiantes cristianos. Los misioneros solían utilizar el juego para reclutar conversos. Sin embargo, el hecho de ofrecer a los africanos el acceso al fútbol no les otorgaba un acceso igualitario.5 [...] (2014: 5)

Si bien cabe destacar que mientras los británicos introdujeron rápidamente el deporte moderno en el África subsahariana después de la conquista, los franceses, junto con los belgas, portugueses e italianos fueron considerablemente lentos. En este sentido Peter Alegi argumenta dos factores que son aquí relevantes. Primero que durante la lucha por áfrica e inmediatamente después de la conquista, la mayoría de los países europeos carecían de una cultura deportiva comparable a la de Gran Bretaña. Una segunda consideración es que muchos europeos no estaban seguros a diferencia de sus rivales británicos que el deporte creaba fibra moral junto con la masa muscular.

Estos factores explican por qué el África francófona hizo pocas disposiciones para los deportes de equipo antes de la segunda guerra mundial y su expansión se dio a través de programas de educación física en las escuelas, que sería obligatorio desde 1923 en el África occidental francés.

El imperio inglés y los agentes que permitieron la expansión del fútbol

La difusión del fútbol en los territorios ingleses no sigue un patrón, sino que en el amplio y diverso territorio que ocupó, se dieron de distintas maneras y por diferentes agentes e instituciones. Uno de los agentes de difusión fueron los soldados británicos de clase trabajadora al sur de África. Durante las campañas militares coloniales contra el estado de zulú y los afrikáners inspiró la fundación de las primeras organizaciones oficiales de fútbol en áfrica. Pietermaritzburg Country Football Club y Natal Wasps Fc que se organizaron alrededor de 1880 y la Asociación de Fútbol de Natal en 1882. Como he dicho más arriba, la difusión del fútbol se dio a la par de la afirmación comercial e imperial británica, lo que explica la importancia de las ciudades costeras en la expansión del fútbol.

En África occidental fueron los marines británicos, a los que se les atribuye llevar al fútbol a Cape Coast.En Nigeria, el fútbol llegó primero a las ciudades portuarias de Calabar y Lagos. El primer partido de fútbol se jugó en Nigeria en 1904 los participantes de este partido fueron estudiantes de élite y en 1906 se celebró el primer torneo de fútbol.

No obstante, una vez que el fútbol se filtró a través de los puertos, siguió de cerca el camino de los ferrocarriles hacia el interior. Como dice Peter Alegi,

Las líneas ferroviarias fueron fundamentales para el desarrollo del capitalismo colonial [...] Las ciudades ferroviarias se convirtieron en importantes nodos de transmisión e intercambio cultural donde el fútbol ocupó un lugar destacado. Según el historiador Ahmed Sikainga los británicos intentaron utilizar el deporte para promover el espíritu en equipo, el fútbol era considerado un ingrediente fundamental para modelar a los empleados ferroviarios y ayudarlos a internalizar normas y valores de la industria.6

Sin embargo, los mayores agentes de difusión fueron, las escuelas y las misiones quienes más difundieron el fútbol entre los africanos. Mientras las escuelas se crearon escuelas específicamente para la élite africana que, en su afán por alcanzar un estatus superior por imitación cultural de sus amos coloniales, comenzó a aficionarse al juego del fútbol. Así, la participación en el fútbol a principios del siglo XX dependía en gran medida de los contactos privilegiados con los europeos y, por tanto, el juego se desarrolló como una empresa un tanto elitista. En las misiones, los misioneros creían que la unión entre cristianismo y juego permitiría un proceso más rápido y un reclutamiento mayor entre las poblaciones indígenas.

Una vez logrado el dominio del territorio, los ingleses implementaron un gobierno indirecto en sus colonias. Sin embargo, eso no significa que la vida en la colonia fuera pacífica y armoniosa y para asegurarse su control sobre la población, la administración colonial decidió promocionar estatalmente los deportes. Si bien, en la mayoría del territorio el fútbol ya estaba arraigado en la población y eso se debía a la migración y a distintos agentes e instituciones que había difundió el fútbol en algunos casos sin intención y en otros con intenciones marcadas, los administradores coloniales crearon un sistema de ligas para captar a la población de una manera más profunda a través de competiciones entre equipo, logrando un dominio sobre el juego y su participantes, es decir, para participar de tales ligas se debían seguir las reglas oficiales emitidas de la Metrópolis.

El África Ecuatorial Francesa y el Fútbol

La doctrina colonial francesa en el África Ecuatorial francesa demuestra el carácter directo del control de Francia sobre sus colonias. La política oficial francesa en estas zonas implicaba la incorporación de amplias regiones de África a una "gran Francia" y la asimilación de la población local a la ciudadanía de la madre patria. Sin embargo, la maquinaria administrativa que se construyó para facilitar este proceso de asimilación sustituyó todo rastro significativo de autoridad africana y funcionó casi por completo en interés del colono francés.

Paul Darby afirma que,

Aunque el enfoque de la administración francesa en cuanto a la difusión de las formas culturales europeas llegó a reflejar el carácter directo de su doctrina colonial, la iniciación de los deportes modernos entre la población nativa del África Ecuatorial francesa se puede atribuir en gran medida a las actividades de los misioneros católicos. En Brazzaville, la capital de la colonia, las escuelas eclesiásticas y una serie de clubes juveniles y deportivos recurrieron a los deportes europeos importados, especialmente el fútbol, para promover el mensaje cristiano y proporcionar una educación moral7. [2007:64]

Y fue recién a partir de 1920, con la enorme afluencia de nativos a los centros industriales de las colonias, y la creciente preocupación por el potencial de desorden social que esto creaba, lo que llevó a la administración francesa a una mayor implicación en la educación y las actividades de tiempo libre de la juventud local.

Viendo el éxito de la labor de las misiones y basándose en la tradición de la escuela pública inglesa, el gobierno colonial francés comenzó a reconocer que el fomento de las actividades de ocio constructivas y racionales podía inculcar a los lugareños cualidades esenciales para el mantenimiento del orden colonial. Y dice Paul Darby que la promoción de los pasatiempos se percibía como herramientas indispensables con las que facilitar la conversión de súbdito en ciudadano francés. Y así se crearon dos escuelas primarias estatales que, a diferencia de sus predecesoras, en estas se otorgó una importancia significativa a un plan de estudios de educación física. Cabe aclarar que en un primer momento los únicos que podían jugar al fútbol era los colonos europeos y la élite africana asimilada, para el resto de la población había reglas estrictas de no jugar como los “civilizados”, debían jugar descalzos, aunque la mayoría de la población no podía permitirse comprar botas de fútbol de todos modos.

El fútbol, adquirió una inmensa popularidad, sobre todo cuando empezó a extenderse en las poblaciones durante la década de 1920 y a apropiado por la población indígena como medio para satisfacer sus propias aspiraciones sociales y deportivas. Y como expone Paul Darby

El control directo del deporte en la colonia se manifestó en forma de una Federación Deportiva Nativa que operó en la colonia desde 1920 a 1938, y a pesar de su nombre, funcionaba bajo la dirección de un comité ejecutivo europeo. Aunque esto restringió gravemente la autonomía africana sobre sus pasatiempos de ocio y recreo, la mayor implicación europea en el deporte local aportó muchas ventajas, sobre todo para el deporte más popular de la época, entre las que destaca la inauguración de un exitoso campeonato de la Federación en 1931 que fomentó aún más el desarrollo del juego en toda el África Ecuatorial francesa y sus zonas vecinas.8

Sin embargo, la Federación Deportiva Nativa fue disuelta en 1938, aunque los franceses se aseguraron de mantener cierto grado de control al entregar la gobernanza del desarrollo del fútbol en las misiones católicas y una serie de funcionarios estatales durante gran parte del resto del período colonial.

El proceso de urbanización en áfrica y el fútbol como capital social

Ahora bien, desde las primeras décadas del siglo XX, los procesos de urbanización que se dieron en áfrica transformaron tanto a individuos como a grupos. Las ciudades imitaban a las grandes ciudades europeas en lujos, distribución y organización, un centro habitado por los denominados “civilizados”, funcionarios de metrópolis, comerciantes, expatriados, soldados. Y los suburbios habitados en su mayoría por africanos, de diferentes etnias, religiones, lugares, resultado de los traslados de población a los entornos urbanos creados lo que propició la difusión del juego mucho más rápido y de forma horizontal.

El papel desempeñado por el fútbol en la construcción de los suburbios se ancló en las características del juego como una forma de cultura popular. Un proceso particular transformó las actuaciones de los jugadores, las células básicas de una actividad deportiva, en un conocimiento compartido. Y transformó un capital deportivo en un capital social, dado que el equipo con sus victorias y sus derrotas, representaban al individuo en una variedad de situaciones cotidianas. El fútbol se convirtió en un medio de identificación individual y colectiva cotidiana, una especie de religión secular, de lenguaje universal.

Para los jóvenes africanos, el juego era más que una actuación atlética, sino también un medio para lograr un cierto estatus dentro de un entorno urbano local que desafiaba las jerarquías previamente establecidas. El fútbol era un vehículo a través del cual los habitantes locales aspiraban a otra existencia material y simbólica, siendo el deporte uno de los pocos campos donde los africanos podían destacarse en el marco de una sociedad colonial. A partir de 1930 algunos jugadores negros y, sobre todo, mestizos comenzaron una trayectoria profesional que los llevarían a los principales clubes de las metrópolis

Pero no solo fue el juego del fútbol lo que le posibilitó la creación de vínculos e identidades a los habitantes de la ciudad, sino la afiliación a clubes que los definían en oposición a otros. La afiliación a los clubes fue el elemento estructurante desde la cual los individuos manejan sus conocimientos futbolísticos en el curso de sus interacciones sociales que fortaleció la autoidentificación del grupo en un contexto de interacción con otros grupos diferentes orígenes en un espacio urbano.

Los colonos europeos que introdujeron el deporte en África formaron primero clubes cerrados ubicados en las grandes ciudades donde se establecieron. Usan los nombres de la metrópoli: Racing, Stade, Cercle, Union; en 1903 se crea el Excelsior Club que es considerada la primera asociación de fútbol de Ghana. A partir de 1910, el fútbol se convirtió en una característica distintiva de la vida de las ciudades africanas en crecimiento. Por lo que no es casualidad que varios de los clubes más importantes y antiguos de África tengan sus orígenes en este momento como: Accra Hearts of Oak (1911), Espérance of Tunis (1919), Jeanne d’Arc of Dakar (1921), Canon y Tonnerre Yaoundé (1930 y 1934), Young Africans and Simba of Dar es Salaam (1930), Diables Noirs y Renaissance of Brazzaville (1930). La formación de clubes de fútbol se benefició dice Paul Darny de una dinámica asociativa durante las primeras décadas del siglo que facilitó la integración social de los colonos, muchos de ellos pobres habiendo llegado a África sin un centavo a su nombre. Las asociaciones asistenciales y mutualistas buscaron integrar socialmente a la población urbana, las asociaciones recreativas y deportivas permitieron a los colonos entrar en contacto con personas organizadas, que a menudo reproducen un sentido Metropolitano de pertenencia especialmente dentro de este contexto de carácter regional.

Los primeros equipos creados por africanos en sus nombres, pusieron en evidencia la influencia europea. Aston Villa y Wolverhampton Wanderers de Accra, Sunderland en Dar En-Salaam y Blackpool en Johannesburgo fueron algunos de los clubes que imitaron los nombres de club ingleses de élite. Devonshire Rovers en Ciudad del Cabo y Highlanders en Johannesburgo y Bulawayo reflejaron la influencia de los soldados ingleses. Además, el papel activo de los misioneros europeos se mostró en la adopción de nombres religiosos como Jeanne d’arc en Dakar y Saint-Eloi en Elisabethville. Cabe destacar que la mayoría de los clubes africanos, se identificaban con un grupo étnico específico o un grupo de familias o un vecindario y hasta a veces representaban lugares de trabajo, haciendo que el juego se redujera a tensiones raciales o étnicas.

Sin embargo, a partir de principios de 1930, los clubes comenzaron a crear equipos mixtos con la intención de tener mejores jugadores y ganar los juegos. Fue en este momento que el fútbol además de ser un mecanismo de control se estaba convirtiendo en una herramienta que permitiría subir de escalón social. El proto profesionalismo del fútbol africano, permitió a muchos jugadores y sus familias ser reconocidos por sus comunidades y por la élite por la que jugaban, logrando un ascenso social no económico sino simbólico.

Para finalizar este apartado, citaré una columna escrita por John Arthur, un médico misionero que informa al Kikuyu News sobre un partido de fútbol en Kenia, a la que tituló “Un gran partido de fútbol”.

Hubo una buena concurrencia de espectadores, entre los que se vieron bastantes guerreros muy pintados, reliquias de un día de ayuno dando lugar a un nuevo, en el que los campos de batalla de lanza y cuchillo darán lugar a los campos de juego del deporte, en cuya virilidad, coraje y abnegación añadirán su cuota a la formación del verdadero carácter…. [...] Creemos que nuestros juegos pueden ser, cuando se controlan adecuadamente, un poderoso canal a través del cual Dios puede trabajar para la elevación de esta raza. Necesitan ser fortalecidos en el ámbito de su naturaleza física, donde Satanás reina con tanta fuerza, y qué mejor que mediante la sustitución de sus propias danzas malvadas por un juego como el fútbol, en el que existen magníficas cualidades edificantes. [Kikuyu News, January 1909, 9] 9

Como dice Peter Alegi, para los europeos el fútbol era lo suficientemente potente como para civilizar a los africanos y enseñarle la moral y el orden. Sin embargo, los africanos no fueron simplemente engañados para que adoptaran el deporte occidental: disfrutaron del juego por sus propias razones y en sus propios términos. Los africanos se apropiaron y desplegaron de diferente manera de jugar al fútbol, y a menudo con propósitos diferentes a los que originalmente pretendían los colonizadores y capitalistas europeos.


El fútbol como medio de resistencia colonial

Como se ha dicho, los colonizadores europeos pretendían que el deporte apuntará a la autoproclamada misión civilizadora en África, pero sin saberlo crearon nuevas oportunidades para diversas formas de resistencias africanas, no solo el colonialismo sino también contra las desigualdades sociales dentro de las comunidades africanas. Las asociaciones y los clubes de fútbol a menudo se convirtieron en el foco de vida social para los nuevos urbanistas y ocasionalmente expresaron su oposición al poder y la autoridad colonial. El carácter político de un club podía ser evidente o no, sin embargo, la mayoría de veces los jugadores encontraron unas formas más sutiles de expresar su oposición. Ejemplo de resistencias se pueden encontrar en la ciudad ferroviaria de Atbara en Sudán, donde dice Peter Alegi que los trabajadores ferroviarios sudaneses le dieron a su equipo de fútbol el nombre de “Equipo Cuarenta”; y que según el historiador Ahmed Sikainga, el número cuarenta se mostraba como un rechazo de la regla del fútbol europeo, que limitaba el número de jugadores en cada equipo a once.

Pero la forma de resistencia más común fue la exhibición del espíritu de autosuficiencia y solidaridad que mostraba la autonomía parcial de los clubes a los intereses blancos. Los equipos funcionaban como sociedades de ayuda mutua que proporcionaban a sus miembros una red de seguridad social. Clubes como Orlando Pirates y Durban Bush Bucks en Sudáfrica, Sunderland / Simba en Dar es Salaam y Botafogo en Angola crearon un sentido de comunidad.

Otra forma de resistencia fue la indigenización del fútbol en África, es decir la incorporación al juego de costumbres, tradiciones e imaginarios compartidos por las comunidades locales. Si bien el balompié se jugó de acuerdo con las reglas y estándares internacionales el uso de especialistas mágicos y religiosos fundó al juego rasgos africanos distintivos.

Peter Alegi explica que

Los magos producían amuletos, talismanes y amuletos que los jugadores africanos usaban como brazaletes, cadenas y anillos para defenderse del ataque espiritual de los especialistas religiosos opuestos. Los preparativos de los partidos individuales generalmente incluían frotar ungüentos especialmente tratados en la piel, zapatos, camisetas y otros. equipo. Estas prácticas mágicas tenían como objetivo mejorar la precisión de tiro de un delantero, evitar las maldiciones de los magos contrarios sobre un mediocampista o ayudar al portero a mantener el balón fuera de su red. [2010]10

Sumado a esto, los jugadores africanos, no se limitaron a imitar la forma de jugar de los británicos. Desarrollaron sus propios estilos de juego, frustrando a los oficiales coloniales que creían que enseñar a los africanos a jugar el juego era tan importante como aprender a jugar que aceptaran el fútbol en primer lugar.

Fueron las circunstancias locales dieron forma al juego africano. Como dice Alegi, las calles, los terrenos de arena y los espacios abiertos perfeccionaron el control del balón, la tenacidad y las habilidades de improvisación de los niños. Los juegos callejeros no tenían árbitros ni límites de tiempo e involucraban a muchos jugadores. Produjeron una estética de base que valoraba la exhibición espectacular de talento individual, a menudo más memorable, más agradable y, en última instancia, incluso más deseable que la puntuación final.

El futbol y el movimiento nacionalista

Los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial marcaron el inicio de un periodo decisivo en el desarrollo del África moderna. Gran parte del continente se vio envuelto en las enormes olas de transformación global que anunciaban el colapso de los imperios y la aparición de un nuevo orden mundial. En la década y media que precedió a la caída de la autoridad colonial, el fútbol ocupó un lugar más central en la sociedad africana y se convirtió en un vehículo para expresar las aspiraciones de los africanos.

Afirma PeterAlegi que:

A medida que la militancia anticolonial se intensificó en las décadas de 1940 y 1950, los movimientos nacionalistas africanos forjarón conexiones con equipos, jugadores y fanáticos de fútbol populares. Los estadios y casas club se convirtieron en escenarios en los que los trabajadores, intelectuales, empresarios y desempleados desafiaron el poder colonial y expresaron un compromiso compartido con la igualdad racial y la autodeterminación. El fútbol construyó un frágil sentido de nación en las entidades políticas creadas arbitrariamente por las potencias coloniales y alimentó la búsqueda más amplia de África por la liberación política. El potencial movilizador del fútbol no pasó desapercibido por los nacionalistas que procedieron a utilizar las oportunidades que este le brindaba. [2010]11

Un ejemplo de lo antes dicho es el caso de Nigeria, la nación más poblada de África. El político y periodista nacionalista Nnamdi Azikiwe, que fue el primer presidente de Nigeria, fundó clubes deportivos controlados por negros para contrarrestar el racismo colonial y fomentar un sentido de nacionalidad entre los nigerianos.

En Zanzíbar, Tanzania, el fútbol como resistencia y vehículo de liberación se manifestó en la formación del equipo independiente African Sports en 1932, que sirvió como plataforma para promover la identidad étnica africana.

Otro ejemplo es Sudáfrica. A raíz del auge del apartheid, las ligas y organizaciones de fútbol negro comenzaron a desafiar la segregación racial, así como la afirmación de la minoría blanca de representar a "Sudáfrica" en el deporte internacional. En una de las primeras acusaciones importantes del régimen de Pretoria, la Federación Sudafricana de Fútbol, que se opone al apartheid, logró la suspensión del país de la FIFA en 1961.

Para finalizar este apartado se puede decir que el fútbol ayudó a impulsar y legitimar las actividades de los movimientos anticoloniales.


Las nuevas naciones independientes

Con la independencia de los países africanos, los nuevos estados quedaron envueltos entre vicio de la colonización y la descolonización muchos líderes y gobiernos africanos buscan utilizar el potencial movilizador del fútbol confiando en su popularidad y su carga simbólica para llevar a cabo sus proyectos de construcción nacional y sus ideales panafricanos.

El balompié, desde la independencia de estos países se convirtió en una herramienta de construcción nacional. El poder unificador del fútbol en el contexto de las competiciones internacionales es más fuerte que cualquier otra cosa, y en territorio donde hay una ausencia de unidad religiosa, étnica o lingüística el deporte y en especial el fútbol fue y sigue siendo uno de los pocos elementos capaces de unir a los habitantes de una nación. Como dice Almeida Topor, más que en ninguna otra ocasión, el orgullo nacional se ha expresado a menudo en África en eventos deportivos.

En otras palabras, en un contexto sociopolítico especialmente difícil de independencia y posguerra y de reivindicaciones regionales, caracterizado por la frágil paz y las limitaciones del reconocimiento internacional, los países del África negra, se encaminaron progresivamente hacia el control estatal del movimiento deportivo. La institucionalización del deporte parecía ser una solución eficaz para frenar esta agitación política. Según Jean-Pierre Augustin, a diferencia de los países europeos donde el movimiento deportivo se desarrolló por primera vez por iniciativa de la sociedad civil, en África fue el Estado omnipresente, quien desarrolló los vehículos para el desarrollo del deporte.

En estas sociedades, el deporte y en especial el fútbol, no solo es una herramienta de unión social sino también como un modo de ascenso social, de igualdad social y del desarrollo de un país. Se lo considera un vínculo de integración, de realización y de socialización. Pero sumado a esto, el deporte aparece como representante de valores simbólicos que debe tener un ciudadano ejemplar. El fútbol, se convirtió como dice Florencia Ochoa en una de las vías a partir de la cual se pudo conciliar la contradicción entre una imposición de la violencia y estrategias de control social, y a la vez, la actividad física o recreativa permitió también fomentar espacios de socialización exclusivamente masculinos. Vinculada a un proyecto aristocrático, la construcción de la masculinidad moderna dominante estaba sujeta a imperativos morales y físicos.

Lo dicho hasta el momento explica el panorama interno de los nuevos países, pero hacia el exterior, los nuevos estados africanos, se unieron a una serie de instituciones internacionales entre ella, la FIFA, Egipto, Sudán, Etiopía y Sudáfrica eran hasta entonces eran los únicos miembros de la misma. Y habían intentado y logrado en 1954 el reconocimiento de África como confederación, dándole derecho a nombrar a su primer representante dentro del Comité Ejecutivo de dicha asociación. Y dos años después creó un organismo panafricano de fútbol, la CAF.

La Confederación Africana de Fútbol fue una institución panafricanista pionera en la era de la independencia, y esencialmente el organismo rector del fútbol en África. Los principales objetivos de la CAF eran organizar torneos internacionales y promover los intereses de África en el fútbol mundial. En 1964, la CAF lanzó la Copa Africana de Clubes Campeones, siguiendo el modelo europeo, esta competición africana enfrentó a campeones de la liga nacional entre sí en dos partidos jugados uno como local y otro como visitante. Lo que permitió a los líderes africanos según Paul Darny otra oportunidad de vincularse públicamente con los clubes más importantes y utilizar el entusiasmo por el fútbol para generar apoyo popular.



Palabras de cierre

El fútbol, el juego más popular en el mundo y el deporte nacional de la mayoría de los países del África Subsahariana, que llegó en los barcos con los europeos pero que los africanos supieron cómo adaptarlos a sus costumbres y tradiciones convirtiéndolo en un deporte de resistencia y de unión nacional. En este artículo se trata de dar una mirada general sobre el fútbol presentándose como una parte importante en la historia del África subsahariana.

Para finalizar se podría decir que el fútbol o balompié fue y es un elemento primordial en el desarrollo socio institucional y cultural. Desde la colonización, la industrialización, la urbanización, la construcción del estado y las políticas de segregación racial y protesta. El desarrollo histórico del deporte en especial el fútbol, como dice Scatett Cornelissen mostró las marcas del cientificismo racial y la lógica misionera cristianizadora siguió los contornos de la economía política cambiante la industrialización y urbanización concomitante en el siglo XX; y se convirtió en una esfera importante en la que se legitiman ideas, pero también donde se las resistió.


Bibliografía

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1 La estandarización por medio de reglas escritas del fútbol se dio en paralelo a su difusión mundial. Estos códigos surgieron de las escuelas inglesas Cambridge y Oxford. Si bien la adopción de estas reglas fuera de los internados se dio recién en 1880.

2 En effet, il constitue une réalité multidimensionnelle qui agit et interagit avec le monde politique, économique et socioculturel. Le sport se situe assurément à la croisée des pratiques physiques et sportives, des stratégies managériales adoptées par les instances sportives nationales et internationales, des contenus de formation et d’apprentissage, de la création de l’évènement et de la médiatisation du spectacle sportif. En tant que tel, le sport se trouve au cœur des intérêts publics et occupe ainsi une place considérable dans les sociétés contemporaines. Il devient le reflet des valeurs communautaires, le révélateur du développement et l’expression des contradictions sociales (Pociello 1997). [Traducción propia]

3 Play is as old as humanity, but sport as a standardized system of competition between athletes is a modern phenomenon, originating in the West and diffusing to non-Western cultures by various routes and processes, including colonialism, cultural imperialism, globalization and adaptation. [Traducción propia]

4 Throughout pre-colonial Africa … dances and games were long performed with a seriousness akin to sport in modern industrial societies, and for purposes not altogether different: the striving for status, the assertion of identity, the maintenance of power in one form or another, and the indoctrination of youth into the culture of their elders. [Traducción propia] Cita tomada de Alegi, P. (2010). African Soccerscapes (1st ed.). Ohio University Press. from https://www.perlego.com/book/662335/african-soccerscapes-pdf

5 [...] norms while eroding traditional African norms. Thus football became accessible, early on, to those who adopted Western ways and became privileged. In a sense, this social class was often early Christian converts and students. Missionaries often used the game for recruiting converts. However, offering Africans access to foot- ball did not grant them equal access.[...] [Traducción propia]

6 Once football had filtered through Africa’s ports, it closely followed the path of railroads into the interior. [...]Railway towns became important nodes of cultural transmission and exchange where football featured prominently. [...]According to historian Ahmed Sikainga, the British attempted to use sport to promote team spirit; football was “considered an essential ingredient for molding railway employees and helping them internalize the norms and values of the industry.” [Traducción propia]

7 Although the approach of the French administration to the dissemination of European cultural forms came to mirror the direct nature of its colonial doctrine, the initiation of modern sports amongst the native population of French Equatorial Africa is largely attributable to the activities of the Catholic missionaries. Within Brazzaville, the capital of the colony, church schools and a range of youth and sports clubs drew upon the medium of imported European sports, particularly football, to advance the Christian message and provide a moral education. During this period, the attitude of the colonial administration was in direct contrast, evidenced in only a fleeting concern for the educational and physical welfare of an indigenous population struggling to adapt to a rapidly changing environment. [Traducción propia]

8 Direct control of sport in the colony manifested itself in the form of a Native Sports Federation which, despite its name, operated under the direction of a European executive committee. Although this severely restricted African autonomy over their leisure and recreational pastimes, the increased European involvement in local sport brought many advantages, particularly for the most popular sport of the time, not least of which was the inauguration of a successful Federation championship in 1931 which further fostered the development of the game throughout French Equatorial Africa and its neighbouring areas. [Traducción propia]

9 There was a goodly gathering of spectators, amongst whom were seen quite a number of highly painted warriors, relics of a day fast giving place to a new, in which the battlefields of spear and knife will give place to the playing fields of sport, in which manliness, courage, and unselfishness shall add their quota to the formation of true character….[...] Our belief is that our games may be, when properly controlled, a mighty channel through which God can work for the uplifting of this race. They need to be strengthened in the realm of their physical nature, where Satan so strongly reigns, and how better than by the substitution of their own evil dances by such a game as football, inherent in which are magnificent uplifting qualities.[Traducción propia] Cita tomada de Alegi, P. (2010). African Soccerscapes (1st ed.). Ohio University Press. from https://www.perlego.com/book/662335/african-soccerscapes-pdf


10 Magicians produced charms, talismans, and amulets that African players wore as bracelets, chains, and rings to defend themselves from the spiritual onslaught of opposing religious specialists.57 Individual match preparations usually included rubbing specially treated ointments on skin, shoes, jerseys, and other equipment. These magical practices aimed to enhance a striker’s shooting accuracy, ward off opposing wizards’ curses on a midfielder (a ferociously contested area in football), or assist a goalkeeper in keeping the ball out of his net. [Traducción propia]

11 As anticolonial militancy intensified in the 1940s and 1950s, African nationalist movements forged connections with popular football teams, players, and fans. Stadiums and clubhouses became arenas in which workers, intellectuals, business owners, and the unemployed challenged colonial power and expressed a shared commitment to racial equality and self-determination. Football constructed a fragile sense of nationhood in political entities arbitrarily created by colonial powers and fueled Africa’s broader quest for political liberation….[Traducción propia]

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