Traducción: Ramiro de Altube
"Su Majestad Imperial, Señor Presidente, Honorables Jefes de Estado, Respetados Delegados a esta noble Conferencia,Es para mí un notable honor tomar la palabra en nombre del pueblo de Burundi, del que soy ahora el portavoz. Este gran día ve a los responsables del futuro de África reunidos para considerar juntos los problemas de su continente que les son comunes a todos. ¿Cuáles son esos problemas? En su mayor parte surgen de la estructura actual del mundo. Debe ser aceptado que África está hoy en día en un estado de inferioridad técnica en comparación con los otros continentes. No podemos permitir que este estado de cosas se perpetúe. Es más, es porque hemos adoptado una actitud revolucionaria ante esta situación que hemos convocado juntos esta conferencia, la cual nos dará una oportunidad de descubrir los factores que originan el subdesarrollo de África; luego estudiar las formas de eliminar estos factores desfavorables; y por último, descubrir qué nuevos factores existen que estén en condiciones de dirigir a nuestro continente a un estado de satisfactorio desarrollo.
Entre los factores desfavorables responsables del subdesarrollo de África está, por supuesto, el hecho de que nuestro continente sólo recientemente ha sido abierto al resto del mundo. Hasta el siglo el siglo XIX, se podría decir, África permaneció al margen de las civilizaciones que en otros lugares florecieron cada vez más. La civilización industrial, por ejemplo, que caracteriza al mundo moderno, inició su desarrollo al final del siglo XVIII, primero en Inglaterra, luego en Francia, Alemania, Europa Occidental, y finalmente en América del Norte, gracias a las diversas invenciones europeas.
¿Dónde estaba África entonces? África era entonces un mosaico de agrupaciones humanas que mostraban las huellas de organizaciones antiguas que habían avanzado en la forma de imperios.
Algunos imperios, tales como aquellos de Etiopía, Ghana, Malí, Congo y otros, habían tenido su esplendor. Pero durante el siglo XVIII esos imperios se desmoronaron, por razones que la historia nos ha enseñado.
Las diversas civilizaciones africanas que precedieron a la era colonial se parecían entre sí desde diversos puntos de vista. Por ejemplo, el espíritu de solidaridad familiar se encontraba en todas partes, y la idea de hospitalidad era igualmente generalizada. De hecho, un estudio minucioso de las distintas civilizaciones africanas muestra similitudes sorprendentes que dejan claro que la unidad africana no es una quimera y una construcción superficial, sino una entidad viva que sólo requiere ser traducida al plano institucional.
Volvamos ahora a la época colonial. Luego de la apertura de África, cuando figuras como Stanley consiguieron fama, tuvimos el sistema colonial sobre el que fue construido un notable avance, cualesquiera que puedan haber sido las intenciones de los conquistadores europeos, pero que con el paso del tiempo devino intolerable a causa de ciertos europeos en el poder que buscaron perpetuar el sistema por el sistema mismo, en detrimento de los intereses y aspiraciones de los africanos nativos. Desde ese momento el factor colonialista se convirtió y siguió siendo en lo sucesivo un factor desfavorable para el desarrollo africano, como el factor geográfico en el período anterior a la apertura de África. En efecto, el africano de hoy se aferra a la ambición de descubrir no sólo Europa occidental, sino el mundo entero, a pesar de aquellos que quieren encerrarlo en los antiguos puntos de vista occidentales.
Con respecto a ello, el africano debe luchar sin cesar contra los apetitos de dominación extranjera, ya se llame colonialismo, neocolonialismo o imperialismo. Es nuestra tarea presente, desenmascarar y estigmatizar sin piedad el más mínimo signo de colonialismo que pretenda socavar la independencia de los Estados africanos, ya sea bajo una apariencia económica o cultural. ¿Por qué debemos atacar el sistema colonial? Porque el sistema colonial, en todas sus formas, sirve principalmente a los intereses nacionales. Además, cuando los intereses del colonizador están en conflicto con el interés del colonizado, lo que no es raro, surgen problemas, del tipo de los que enlutaron a Argelia durante más de ocho años, el Congo desde 1959 en adelante y que todavía molestan a Angola: existen en las dos Rodesias y en Sudáfrica, y la lista podría ser ampliada.
Podemos, por lo tanto, resumir los factores desfavorables para el desarrollo en tres categorías: geográficos, coloniales y postcoloniales. En la segunda parte de nuestra intervención, nos gustaría esbozar las soluciones que permitan reducir estos factores desfavorables.
Con respecto al factor geográfico, ya podemos felicitarnos por la distancia que hemos cubierto. Sean cuales sean sus intenciones, el colonizador trabajó con energía y se abrió paso a través de África de norte a sur, de oeste a este, tanto que dificilmente haya una montaña, bosque, arroyo, río, lago o valle desconocido. África ya no es una "Terra Incognita". La cartografía africana es excelente. Sólo el subsuelo todavía nos trae sorpresas, que esperamos serán agradables.
Dentro de poco, el factor puramente colonial no será una preocupación importante para los africanos. Sin ser profeta uno puede decir que en un corto tiempo el sistema colonial colapsará como un mazo de cartas. La presión internacional es tal que el sistema está destinado irrevocablemente a desaparecer.
Todavía queda el grupo de factores poscoloniales. Ellos son muchos y variados, pero todos surgen de una fuente: el estado de subdesarrollo de los Estados africanos que los obliga a recibir ayuda de los países desarrollados. Estos últimos sacan provecho de ello y tratan de perpetuar este estado de subordinación de África, particularmente saboteando los esfuerzos de unificación de África, de acuerdo al principio imperialista "Divide et Impera". Nuestros enemigos se alegran de ver un África balcanizada. Es cierto que un África dividida será siempre un África dominada.
Sin embargo, no debemos basarnos en estas consideraciones y despreciar toda ayuda y asistenciadel extranjero. Estas consideraciones requieren de nosotros, simplemente, permanecer vigilantes. Burundi, por su parte, acepta de buen grado toda asistencia que no esté cargada de condiciones políticas o militares como aquellas que implican el alineamiento ideológico detrás de uno de los dos bloques, la instalación de bases militares en territorio nacional o el mantenimiento de tropas extranjeras en el país. Burundi aceptará ayuda extranjera sin reparos cuanto menos condiciones se impongan.
¿Cuál es la esencia del subdesarrollo africano? Analicemos este problema en dos aspectos: la infraestructura económica y social y la superestructura. Con relación a la infraestructura, es inmediatamente obvio para cualquier observador que los Estados africanos necesitan más medios de junto con la mejora de los medios industriales existentes, y demás. Una comparación de la infraestructura africana con la infraestructura de países como EE.UU. o la URSS muestra claramente que los esfuerzos se requieren todavía en este campo para satisfacer nuestro legítimo deseo de equiparar el nivel de esos países. Sin duda, se verán las implicaciones del esfuerzo sustancial que se desprende de ello. Con respecto a la superestructura, los problemas de educación y enseñanza son los más cruciales. Existen también problemas de las instituciones parlamentarias, gubernamentales y judiciales - que todavía pueden consolidarse. En resumen, la organización estatal de África debe estar inspirada tanto en la independencia como en el progreso. En este ampo, tenemos necesidad de asistencia técnica que sólo puede llegar a nosotros de los Estados avanzados, hasta que tengamos una dotación completa de personal nativo capacitado. Esto también implica un esfuerzo considerable. A estas alturas, está justificado preguntarse cuánto tiempo más deberá África seguir apelando económicamente a los países avanzados para asegurar su bienestar. Países económicamente avanzados para asegurar su bienestar. El realismo nos fuerza a admitir que África todavía habrá de necesitar a estos países por un largo tiempo. Aquí debemos recordar que la independencia puede ser definida como la libre interdependencia. Gracias a la independencia los Estados africanos son capaces, si aquellos que tienen autoridad se inclinan a la seriedad y la honestidad, de negociar con los demás Estados, incluyendo los antiguos Estados coloniales, sobre la manera de cumplir con sus intereses, sin sacrificar ninguno de los más importantes beneficios de la independencia y la soberanía internacional.
Estos son, pues, brevemente, los motivos que justifican nuestra presencia en esta memorable cumbre de la Conferencia de Jefes de Estado Independientes.
En esta ocasión, todos hemos tomado conciencia de la necesidad de la unidad de África y estamos decididos a estudiar los medios para alcanzarla, en el ámbito político tanto como en el económico. Las instituciones necesarias para esta unidad no tardarán en surgir. África se transformará gracias a ella, para realizar un progreso sin precedentes."
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